Espacio público

Claudio Troncoso Rojas

Considero interesante pensar a los cementerios como espacios públicos o cívicos, lugares colectivos tanto para sus ocupantes permanentes como para sus visitantes esporádicos. Estructuras profundamente cargadas de protocolos de comportamiento definidos en gran medida por el carácter y los elementos que las conforman.

En el Cementerio de la Chacarita me paseo por las galerías y lo que más me sorprende del centro de este lugar, establecido como un gigantesco cuadrado subterráneo, es el carácter de conjunto de sus espacios, de sus circulaciones. Responden a otro orden, a otra escala, a una subversión del modelo de cementerio configurado como planicie, al mismo tiempo que es la sobre densificación de la idea del bloque de nichos. Aquí las tumbas no son las protagonistas del territorio (como es el caso de los mausoleos o lapidas que pasan a ser pequeños o grandes monumentos) si no que más bien son parte de los delimitadores de este entorno, como un telón de fondo.


Espacio estriado tan sobrecargado de contenido que por su escala se transforma en textura en la amplitud de los pasajes y socavones.

Al bajar a la profundidad de los niveles inferiores me parece que el vacío y la vegetación que los habitan (amenazando con conquistar estos espacios) son los personajes principales, como entes activos, de la configuración de esta experiencia, otorgando de singularidad el paso por las distintas intersecciones y espacios abiertos. Lo que más ayuda en estos casos es la entrada de luz y uno que otro sonido que se escucha en la lejanía en el interior de las galerías.


En todo el recorrido no me encuentro con nadie, solo algunas sombras y ecos de movimientos lejanos en las galerías, y eso esta bien, al final uno sabe que lo correcto es que sea así. Y pasa que estos lugares en cierto sentido están diseñados para no toparse con nadie, están hechos para encontrar otras cosas.

Claudio es arquitecto, fotógrafo y productor cultural chileno. Actualmente está planeando viajar a Buenos Aires a vivir un tiempo en la ciudad.
Claudio Troncoso Rojas